El simple arte de matar - Raymond Chandler



Por estas calles mezquinas ha de pasar un hombre, que no es mezquino, ni está corroído ni tiene miedo. Él es el héroe, es todo. Tiene que ser un hombre completo y un
hombre común, sin embargo poco usual. Tiene que ser, para utilizar una frase ya vieja, un hombre de honor; por instinto, pero inevitablemente sin pensar en ello, y por supuesto sin decirlo.

Debe ser el mejor hombre de este mundo, y un hombre lo bastante bueno para cualquier mundo. Su vida privada no me importa mucho; creo que podría seducir a una duquesa, y estoy muy seguro de que no tocaría a una virgen. Si es un hombre de honor en una cosa, lo es en todas las cosas.

Si es un hombre de honor en un aspecto, lo es en todos. Es un hombre relativamente pobre, si no, no sería detective. Es un hombre común, si no, no podría andar
entre la gente común; tiene carácter, si no, no conocería su trabajo. No tomará el dinero de nadie de forma deshonesta, ni la insolencia de nadie, sin una venganza merecida y desapasionada”.

El relato es la aventura de este hombre en busca de una verdad oculta, y no sería una aventura si no le ocurriera a un hombre adecuado para las aventuras. Tiene una amplitud de conciencia que le asombra a uno, pero que le pertenece por derecho propio, porque pertenece al mundo en que vive. Si hubiera bastantes hombres como él, creo que el mundo sería un lugar muy seguro en el que vivir, y sin embargo, no demasiado aburrido como para que no valiera la pena vivir en él...

Raymond Chandler

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