El portero del prostíbulo.


Había una vez, en un pueblo donde los oficios se pasaban de generación en generación, un hombre ya adulto que trabajaba de lo mismo que había trabajado su padre, su abuelo... Él era el portero del prostíbulo de su pueblo.
Un día como cualquiera aparece un hombre adinerado que compra el burdel y haciendo un estudio de "mercadeo" quiere saber que días y horarios son los mas concurridos... ¿A quién puede preguntarle sobre eso? ¿Quién sabe cuántos entran y cuántos salen? Claro está, el portero. El adinerado se le presenta, le da un papel y seguidamente le pide detallara los días y horarios más movidos del lugar, a lo que el portero le explica que no puede dar tal información... que no sabe leer ni escribir, a lo que el nuevo patrón le dice que si al otro día no está su lista lo despediría.
El pobre hombre, llega a su casa destruido, con el animo por el suelo pero sin decirle nada a su familia. 

Llegado el otro día, se encuentra con su patrón y le explica que no anotó nada, acto seguido queda en la calle, con la remuneración que le corresponde pero... Desempleado.
Sigue ocultándole lo sucedido a su familia hasta que nota que ya le quedaba muy poco dinero, ahí es cuando decide decirle la verdad a su mujer. Ambos lloran, se abrazan... Pero a ella se le ocurre que el podría volver a trabajar de "chapucero", haciendo mantenimiento... Solo que no tenía las herramientas ya. Con lo poco que le quedaba de dinero decide ir al pueblo más cercano a comprar herramientas para empezar de cero con su viejo oficio.

Después de días de viaje, ya de nuevo en su hogar se recuesta a descansar... Al levantarse, busca sus herramientas y no las encuentra, ya desesperado acude a su mujer, quien le dice que las vendió porque necesitaban el dinero para comer, pero que las vendió a un precio más elevado del que él las pagó.

Así es como empieza a ir y venir, a comprar y vender herramientas... Al tiempo logra abrir su primer local... Su segundo local... Con altibajos logró armar una red de locales en su pueblo y en otros.

Habitualmente donaba dinero y materiales a la escuela de su pueblo, y en un momento, a modo de agradecimiento por su ayuda, se construye un aula nueva con su nombre. En el momento de la inauguración le piden que firme, y él sólo hace una cruz... Le repiten, que ponga su nombre y apellido, y el responde que no sabe escribir ni leer...

El alcalde le pregunta: "Si usted sin saber leer ni escribir pudo montar su empresa... ¿Sabe que sería de usted hoy en día si hubiese sabido?" -. Él le responde: Sí, seguiría siendo el portero del burdel...


Y es que nada pasa porque sí, todo tiene un porqué.



Es una historia que me contó un camarada, quién para mi es todo un ejemplo a seguir, personalmente y profesionalmente. Alguien a quién sin duda puedo llamar "Compañero", y se que también "Amigo".
Gracias "Pantro".


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