Porque todo final es un comienzo.





Cuatro meses de levantarse temprano, pasar noches sin dormir, ducharse con agua fría, cambiarse en cinco minutos, pasar fines de semana leyendo, correr y dejar todo... Hoy llegaron a su fin.
Se siente un alivio, y a su vez, de ahora en más, se carga una gran responsabilidad.
A todos los que me ayudaron, me bancaron, gracias. Se que me llevo gente de oro. A muchos se los va a extrañar.




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