Haberte perdido por propia negligencia, descuido o simple estupidez, aparte de hacerme ver
lo vulnerable que soy, me hace dar cuenta de todo... De lo que fuimos, y de lo que, hoy por hoy, quieras o no, seguís siendo para mi.
Gracias por haberme regalado tu sonrisa tantas veces... Hoy todo esfuerzo que hago es para demostrarte, algún día, que mejoré y que es muy difícil bajarle los brazos a quién, por ley y decisión propia, defendería con su vida, la del resto.
Y si, te sigo amando, nunca dejé de hacerlo, nunca dejé de pensarte, nunca dejé de soñar con volver a verte...
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